Libros del autor
(Ainzón, Zaragoza, 1972), se convirtió hace unos meses en el mejor profesor de España. Su clave es su empatía, su capacidad para conectar con los alumnos y detectar lo que les falta y lo que les puede motivar. Así ha sido en todos los colegios en los que ha ejercido la enseñanza. Desde una clase con niños de diez años que no sabían leer -la mayoría de etnia gitana- hasta un colegio rural de seis alumnos donde la mitad de ellos no se hablan por rencillas familiares. En el primero combatió el absentismo escolar recibiendo clases de cajón flamenco (impartidas por sus alumnos), y el analfabetismo con una obra de teatro. En el segundo, rodó un corto de cine mudo con los niños, poniendo como protagonistas a los que no se dirigían la palabra (esta experiencia ganó un permio del Ministerio de Educación, y el corto se llevó un galardón en un festival de cine de la India).