LA REBOTIKA DE MAYO: LIBROS DE VIAJES

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Una vez hice el Camino De Santiago, no entero, sólo los últimos doscientos kilómetros. Allí había toda clase de gente que, a medida que avanzaban en su peregrinaje, parecían la misma persona, como si el disfraz de peregrino que se habían colocado al salir de su casa hubiera terminado por convertirse en su verdadero rostro. Cada cuál iba allí con sus motivaciones, unos por viajar, otros para conocer gente diferente, otros por espiritualidad, hasta había quien iba allí para ligar, y no es broma. En mi caso había dos motivos para emprender ese viaje en particular, uno era conocer de primera mano en qué consistía ese fenómeno del Camino De Santiago, que por aquel entonces estaba muy de moda, y el otro, saber cómo era eso de tener que viajar a pie, probar lo que se sentía antes de que se inventaran los transportes de masas, cómo se percibían las distancias cuando la velocidad era la que te proporcionaban tus piernas.

Debo decir, en honor a la verdad, que cuando avisté la ciudad de Santiago al octavo día de mi viaje sentí un profundo alivio. En aquel momento juré que en mi vida iba a repetir semejante experiencia, que no había ninguna necesidad de transportarse a pie habiéndose inventado los coches. También debo decir que, desde entonces, más de una vez he pensado que estaría bien repetir la experiencia, y no descarto hacerlo, cosas de la memoria, que tiene la costumbre de embellecer los recuerdos.

Lo cierto es que la experiencia de caminar para llegar a un destino me proporcionó una idea de lo que suponía en el pasado viajar, algo que se hacía sólo por necesidad. Nadie, en su sano juicio, se echaba a los caminos sólo por el placer de hacerlo. A la dureza de caminar durante horas había que añadir la inseguridad, los riesgos de caer enfermo o ser atacado por salteadores, y ya, si eras una mujer, los peligros se multiplicaban como las setas en primavera.

Y sin embargo, en todas las épocas, desde que el ser humano camina a dos patas, ha habido personas para quienes su realidad siempre se les quedaba pequeña y ansiaban explorar, conocer qué había más allá de los límites conocidos. Viajeros, exploradores, aventureros, personas que con sus viajes ensancharon el mundo para todos a golpe de zapatilla. Además, hubo un tipo especial de explorador, el que además de viajar se tomó la molestia de dejar sus experiencias por escrito, permitiendo que aquellos de nosotros que nos cansamos de viajar al cabo de doscientos kilómetros, disfrutemos del placer de sentirnos viajeros durante las horas que nos lleve la lectura, cómodamente instalados en nuestro sillón favorito.

En la Rebotika de mayo, ya saben, ese club de lectores de Urrike Liburudenda, nos pondremos el disfraz de peregrinos o el del Coronel Tapioca, y hablaremos sobre literatura de viajes. El próximo miércoles 29 de mayo, a partir de las 18:30h, partimos rumbo al horizonte, a descubrir nuevos mundos guiados por los mejores escritores. Como siempre, al café estáis invitados.

Y para ti, ¿cuál es tu libro de viajes favorito?

2 Thoughts on LA REBOTIKA DE MAYO: LIBROS DE VIAJES

  1. Mi libro de viajes favorito es La vuelta al mundo en 81 días Manu Leguineche

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